Deshacerse de los apegos y provocar la duda (fragmentos)

>Sabiduría del Sutra del Loto- Librito 12- Sección 23.

Este concepto se utiliza en la explicación que da Daisaku entre el final del capítulo 15 (Irrumpir de la Tierra) y el 16 (Duración de la vida del Que Así Llega). Es el pasaje entre la enseñanza teórica del Sutra del Loto y la esencial.

La aparición de Los Bodhisattvas de la Tierra simbolizan esta revolución en la conciencia (todos los seres quedan estupefactos) y, al mismo tiempo, la provocan y aceleran, como un catalizador. A medida que ingresamos en la enseñanza esencial, la forma de pensar que había prevalecido en la parte teórica da un giro rotundo y total.

Esto ilustra el principio referido a "deshacerse de los apegos y provocar la duda", que significa provocar incertidumbre en la mente de las personas acerca de las ideas que, hasta ese momento, habían merecido su apego. El hecho de albergar dudas sobre la veracidad de sus creencias les hace abrir los ojos a un nivel superior de conciencia.

Implica dar en tierra con las creencias y convicciones que la gente había sostenido hasta ese momento. Es un golpe decisivo a los pilares de la cosmovisión vigente en la época. Mediante este giro drástico en los valores con los que el pueblo se sentía cómodo y a gusto, Shakyamuni revela su verdadera identidad y su auténtico estado de vida.

Presidente Ikeda: Es una escena clave del sutra... Su irrupción no podría tener mayor tensión dramática: la tierra se desgaja y en esa gran grieta aparecen incontables bodhisattvas al mismo tiempo. Es más, cada uno de ellos emite haces de luz dorada. En ninguna parte del sutra se había hablado de bodhisattvas tan resplandecientes como éstos, los que irrumpen de la Tierra. Incluso los bodhisattvas de las enseñanzas teóricas y los que habían venido de otras tierras se quedan pasmados de admiración.

Al comparar ambos grupos, Nichiren Daishonin dice que los bodhisattvas ya presentes en la asamblea "parecían una horda de monos, comparados con estos nuevos bodhisattvas que acababan de irrumpir, cual numerosos ‘Taishakus’". El sutra explica la nobleza infinita de los Bodhisattvas de la Tierra.

De firme voluntad y concentración,

capaces de buscar la sabiduría

con diligencia incesante,

exponen diversas doctrinas espléndidas

con corazón libre de todo temor.

"son hábiles para aprender el Camino del bodhisattva

y no se dejan ensuciar por asuntos mundanos

como la flor de loto en el estanque".

Son diestros en hacer y responder preguntas difíciles;

su mente no sabe lo que es el miedo.

Han cultivado con firmeza una mente perseverante,

recta, digna y virtuosa.

Presidente Ikeda: En otras palabras, dice que sobresalían de todos los demás, como inmensas montañas sobre colinas bajas, y que eran verdaderos líderes, en quienes la gente podía confiar.

Son vitales, enérgicos y libres, pero, al mismo tiempo, armoniosos y unidos. En cierto sentido, los Bodhisattvas de la Tierra representan la imagen de una organización ideal.

Luego de halagar a todos los presentes en la asamblea, y representación de los Bodhisattvas de la Tierra, comienzan a dialogar con Shakyamuni los cuatro grandes adalides, Prácticas Superiores (en japonés, Jogyo), Prácticas Ilimitadas (Muhengyo), Prácticas Puras (Jyogyo) y Prácticas Firmemente Establecidas (Anryugyo). Su conversación se centra en el gran objetivo de guiar a todas las personas a la iluminación.

Dicen a Shakyamuni:

"Honrado por el Mundo, son pocas tus dolencias, son pocas tus preocupaciones, está tu práctica avanzando fluidamente?".

Presidente Ikeda: Esto muestra su sincera preocupación por el bienestar de Shakyamuni. Su actitud es completamente distinta de la de los discípulos que escuchaban la voz, quienes en su estado de infantil dependencia, a veces expresaban dudas o quejas.

"Estoy bien", les dice. "No tienen por qué preocuparse. Conduciré a todas las personas hacia la felicidad, sin falta."

Los Bodhisattvas de la Tierra elogian a Shakyamuni:

"¡Excelente, excelente, / gran héroe, Honrado por el Mundo! / [...] Entonces, sentimos inmenso deleite".

Y Shakyamuni, a su vez, ensalza a los Bodhisattvas de la Tierra por haber hecho surgir en su corazón semejante alegría.

Endo: Los discípulos de Shakyamuni que han estado durante todo ese tiempo en la asamblea en el Pico del Aguila se sienten bastante sorprendidos al escucharlo decir eso. Frente a sus ojos, se ha desplegado una serie de acontecimientos totalmente inexplicables. Para expresar el asombro compartido por todos los presentes, el bodhisattva Maitreya pregunta a Shakyamuni:

Una gran multitud de bodhisattvas

como nunca se había visto antes...

Ruego al sumo Honrado por los Seres

Erguidos en Dos Piernas

nos explique de dónde han venido,

¡qué causas y condiciones

los han hecho congregarse!

Presidente Ikeda: Es la famosa "pregunta de Maitreya". Este gran interrogante insta a Shakyamuni a exponer el capítulo "Duración de la vida", que es la raíz y la médula de todas sus enseñanzas. Las preguntas son muy importantes. Por ese motivo, Shakyamuni lo felicita y le dice: "¡Excelente, excelente, Ajita, que hayas preguntado al Buda sobre este asunto tan importante!".

Los miembros de la asamblea se quedan estupefactos y confundidos.

Todo lo que habían creído hasta ese momento sobre Shakyamuni de pronto se vuelve contradictorio. Todo se desploma.

Saito: Esto ilustra el principio de "deshacerse de los apegos y provocar la duda". Sus apegos se desmoronan, y su mente se llena de dudas inmensas. Maitreya, como vocero de lo que aflige la mente de todos, entonces pregunta:

Honrado por el Mundo, cuando El Que Así Llega era príncipe coronado, dejaste el palacio de los shakya y te sentaste a meditar cerca de la ciudad de Gaya, y allí lograste el annutara-samyak-sambodhi [la perfecta iluminación suprema]. Desde entonces, apenas han transcurrido cuarenta y tantos años. Honrado por el Mundo, ¿cómo puede ser que, en tan poco tiempo, tú hayas cumplido una obra tan vasta como buda?[...]

Supongamos, por ejemplo, que un joven de veinticinco años, de semblante rozagante y cabellos aún negros, señalara a alguien de cien años y dijera: "¡Este hombre es hijo mío!". [...] Sería difícil de creer, y también es difícil de creer lo que ha dicho el Buda. [...]

Nosotros tenemos fe en el Buda y creemos que él predica de acuerdo con lo apropiado, que las palabras pronunciadas por el Buda no pueden ser falsas y que el conocimiento del Buda es, en todos los casos, penetrante y universal. No obstante, en el período posterior a la muerte del Buda, si los bodhisattvas que recién comienzan a buscar la iluminación escucharan estas palabras, tal vez no puedan creer en ellas ni aceptarlas, o se vean inducidos a cometer el crimen de rechazar la Ley. Por lo tanto, Honrado por el Mundo, te pedimos que te expliques, para que podamos hacer a un lado nuestra perplejidad y así, en épocas futuras, cuando los buenos hombres escuchen esta cuestión, no alberguen dudas.

El capítulo 15 "Irrumpir de la Tierra" termina con esta pregunta planteada por Maitreya.

Nichiren Daishonin dice: "Esa duda era la más grande de todas

"Si el Buda no hubiera despejado las dudas de aquel, las enseñanzas sagradas expuestas durante toda una vida habrían sido como espuma sobre las aguas, y en tal caso, los seres vivientes habrían permanecido capturados en las trampas de la duda".

Endo: En ese sentido, los bodhisattvas de la enseñanza teórica todavía carecen de ese respeto tan profundo hacia su mentor. Tal vez daban por sentado ese respeto de discípulo hacia Shakyamuni.

Cuando irrumpen los Bodhisattvas de la Tierra, los cimientos de todo lo que Maitreya había creído hasta ese momento se derrumban. "¿Quién es, entonces, esta persona llamada Shakyamuni, a quien tan reverentemente saluda esta multitud de grandes bodhisattvas?", se habrá preguntado. Ver a esos misteriosos discípulos del remoto pasado, los Bodhisattvas de la Tierra, lo hace preguntarse: "¿Cuál es la verdad sobre mi maestro? ¿Cuál es su identidad real?". En otras palabras, la aparición de los Bodhisattvas de la Tierra produce una gran transformación en la forma en que la gente veía al Buda.

Habran pensado:

Nos hemos equivocado con respecto a la identidad del Honrado por el Mundo. Tal vez sea un buda mucho más grande que lo que habíamos imaginado. ¿De verdad hemos comprendido la verdadera grandeza de nuestro mentor?".

Es la condición que describe Shakyamuni en el capítulo "Duración de la vida", donde consigna que los seres vivientes "no me ven cuando estoy cerca".

Uno de los aspectos más importantes de la enseñanza esencial es que insta a las personas a salir en busca de su propio brillo interior. El capítulo "Irrumpir de la Tierra" dirige a todas las personas hacia la grandeza de su propia vida, mediante la excelente prédica que provoca la aparición de incontables Bodhisattvas de la Tierra.

La enseñanza teórica revela una sucesión de importantes doctrinas: la verdadera entidad de la vida, la iluminación de las personas de los dos vehículos (los que escuchan la voz y los pratyekabuddhas), la iluminación de las mujeres, la de las malas personas.

Pero, en un santiamén, todo pierde sentido. Porque se desploman las premisas sobre las cuales se habían erigido dichas doctrinas.

"La apertura de los ojos":

Cuando llegamos a la enseñanza esencial del Sutra del Loto, se desploma la idea de que Shakyamuni había obtenido la iluminación por primera vez en aquella existencia, y, por lo tanto, también se desploman los efectos de las cuatro enseñanzas. Cuando se derriban los efectos de las cuatro enseñanzas, también caen las causas de las cuatro enseñanzas.

Presidente Ikeda: Es que, tal vez para muchos, ésa haya sido una reacción honesta. Puede que hayan dicho: "Aunque me digan ignorante por no aceptar algo así, prefiero la ignorancia antes que ver caer en pedazos mis ideas sobre el mundo". Es tremendamente doloroso ver cómo se desmoronan los supuestos y creencias en los que uno ha confiado y depositado su fe. Es algo casi imposible de aceptar.

Un movimiento que conmueve el sistema de valores vigente

El movimiento de shakubuku (Nichiren) fue, en sí, un gran intento de "deshacerse de los apegos y provocar la duda" en la población de su época. ¿No fue, acaso, una contienda por conmover la institución budista de ese tiempo?

Presidente Ikeda: El impacto no se limitó al mundo del Budismo. También "se deshizo de los apegos y provocó la duda" en la mente de los poderosos que integraban el gobierno de Kamakura, de los que estaban aliados con la autoridad y del pueblo en general.

Esencialmente, refutó las ideas equivocadas sobre la fe y la religión que prevalecían hasta ese momento. Muchas de las ideas del pueblo sobre la vida, la sociedad y el ser humano ya no volvieron a ser las mismas. Que hubiera una tremenda reacción contra el Daishonin es algo natural. Resulta inconcebible que no haya tenido que enfrentar dificultades.

Más que sorprenderse, muchos se pusieron blancos de furia. En primer lugar, en el Japón predomina un clima espiritual falto de toda vitalidad religiosa, en la medida en que no existen ni el espíritu de la propagación ni la postura de dialogar para establecer qué es correcto y qué es falso, en cuestiones de religión. En el dicho "Bajar la cabeza ante el poderoso" se refleja una tendencia japonesa muy arraigada...

Presidente Ikeda: Cuanto más se deshacen de los apegos y se provoca la duda, mayores son las dificultades que surgen. Ya que estamos "deshaciéndonos de los apegos y provocando la duda" para mejorar radicalmente la vida de las personas, es imposible que no asomen dificultades tremendas en nuestra lucha.

Presidente Ikeda:

Nunca antes la gente ha tenido una actitud tan poco consciente hacia su propia existencia, nunca antes los hombres se han menospreciado tanto ni han considerado su vida algo tan vano y nimio. A pesar de los inmensos sistemas de la sociedad moderna, el corazón de la gente vive envuelto en una suerte de impotencia. Es como si el hombre se preguntara: "Mi propia capacidad es insignificante. Nada que yo pueda hacer va a cambiar el mundo. Lo único que me resta es tratar de seguirle el ritmo a la sociedad".

Convencidas de su propia insignificancia, las personas han dejado incluso de cuestionarse cosas. Viven en forma complaciente y pasiva. Pero esta esterilidad espiritual las vuelve aun más pequeñas. Sin embargo, la enseñanza del Sutra del Loto derriba las limitaciones triviales que el propio ser humano erige en su vida.

El capítulo "Irrumpir de la Tierra" resquebraja el suelo helado de la resignación, el sentimiento de que "así son las cosas y punto". Es una contienda por revelar, frente al mundo, la imponente dignidad y la fuerza latente que hay en la humanidad y en el pueblo.

Los Bodhisattvas de la Tierra son luchadores eternos, que se basan en la Ley Mística. El hecho de que hagamos surgir la ilimitada energía de estos bodhisattvas constituye la "irrupción de los Bodhisattvas de la Tierra" dentro de nuestro ser. Cuando lo hacemos, podemos quebrar la cáscara del yo inferior que, hasta ese momento, venía limitando nuestra vida.

Presidente Ikeda:

Todo se reduce a que las personas modifiquen su estado de vida. Desde una perspectiva más amplia, nuestro esfuerzo por hacer que surjan incontables Bodhisattvas de la Tierra --es decir, por hacer que muchas personas transformen su estado de vida-- equivale a una contienda por modificar el estado de vida de toda la sociedad. Es una lucha por elevar el estado de la humanidad entera. ¿No es, acaso, lo que simboliza la expresión "irrumpir de la Tierra"?

Al no comprender la grandeza de su propia vida, se apegan a detalles que en realidad no son importantes.

La fuerza de los Bodhisattvas de la Tierra es la capacidad fundamental que poseemos nosotros, como seres humanos, de trascender todas las diferencias --de raza, etnia, género o posición social-- y guiar a las personas hacia la felicidad. Somos seres humanos comunes, sin artificios ni adornos; somos totalmente humanos e infinitamente valerosos. Este es el orgullo de un Bodhisattva de la Tierra.

La irrupción de los Bodhisattvas de la Tierra representa un hecho revolucionario, que testimonia la majestuosidad de la fuerza vital humana. El cambio en la forma de ver al Buda que marca la enseñanza esencial es una modificación clave en la percepción del hombre.

Este proceso de "deshacerse de los apegos y provocar la duda" será iniciado por la voz y las acciones de los Bodhisattvas de la Tierra, así como, en el Sutra del Loto, su solemne aparición desbarata los apegos y provoca la duda.

El Daishonin se dirige así a sus seguidores:

Ya que los peores actos contra la Ley prevalecen hoy en el país, la Ley suprema y verdadera se difundirá sin falta. ¿Hay algo de lo que alguno de ustedes deba arrepentirse? Tal vez no sean el Venerable Mahakashyapa, pero ¡deberían estar saltando de alegría! Tal vez no sean Shariputra, pero ¡deberían estar poniéndose de pie para bailar de gozo! Cuando el bodhisattva Jogyo irrumpió de la Tierra, lo hizo de un salto, movido por su enorme alegría...

Nos está diciendo: ¡No se lamenten! Porque existe el gran mal, sin falta seguirá un gran bien. Deben avanzar, bailar de dicha y de júbilo exultante, así como irrumpieron, a brincos de deleite, los Bodhisattvas de la Tierra. Nosotros somos Bodhisattvas de la Tierra; así que dancemos con energía y vigor, mientras irrumpimos de las entrañas de ese gran suelo que es el pueblo.



"El Daishonin escribe en otra carta:


Consideré que lo más

importante era reconocer

las obligaciones con los

demás, y asumí que mi primer

deber era saldar estas

deudas de gratitud. En este

mundo, nuestras deudas de

gratitud son cuatro; quienes

las reconocen merecen el

nombre de seres humanos;

quienes las ignoran no son

más que animales.


Los ingratos niegan e invalidan su propia condición humana. La verdadera grandeza y la forma de perfeccionar nuestra personalidad yace en vivir con agradecimiento y en luchar por retribuir lo mucho que debemos a los demás.


Hay sólo dos opciones: ¿vivimos con agradecimiento o vivimos como ingratos?"


Extraído de: 

Disertación de Daisaku Ikeda de La única frase esencial, 


http://www.sgi-es.org/civglobal/Gosho_abr07.pdf



"[Es como un enviado real que] finalmente no calla ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello se cueste la vida". ¿Qué hacer, entonces? Si hablo, me expongo a la oposición del mundo en general. Pero si callo, me expongo a ser condenado por no haber obedecido la severa admonición del Buda."

Saldar las deudas de gratitud. 
Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 729